Poco después nos cruzamos con alguna vaca que nos despedía a su manera.
La senda está bien señalizada con balizas blancas, y el camino es cómodo, aunque hay que salvar cierto desnivel. No encontramos mucha agua así que no tuvimso problemas.
Llegamos a una construcción curiosa, en la que tenían una imagen de Santa Gema:
En poco tiempo llegamos a nuestro destino: la cascada de los Vados, donde pudimos descansar un poco.
Allí nos encontramos con una sorpresa: una Amanita Muscaria que parecía querer posar para la foto:
También nos encontramos con otras especies, que no sé identificar:
Poco después empezamos el descenso por el mismo camino hacia San Ciprián. La bajada se hizo muy cómoda, aunque con precaución por las piedras de algún tramo.
Poco antes del atardcer llegamos al punto de partida, recorriendo de nuevo las calles del pueblo.
Una bonita ruta que habrá que repetir quizá en invierno, para poder pillar la cascada de los Vados congelada. ¿ Quién se apunta ?
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